La relación de las micorrizas con el bonsái

La relación de las micorrizas con el bonsái

El reino de los hongos es uno de los más diversos entre los seres vivos. Pueden habitar desde los polos, hasta los desiertos más inhóspitos. Generalmente, se les asocia a enfermedades o plagas. Sin embargo, sus conocidos beneficios son utilizados por las industrias textil, farmacéutica y alimenticia. En ambientes naturales son importantes bioindicadores del grado de perturbación del ecosistema y sirven de alimento tanto a pequeños invertebrados fungívoros, como a grandes vertebrados omnívoros. Además, contribuyen a la descomposición de restos vegetales, desempeñando una importante labor en el reciclaje de elementos como el carbono, esencial para todo ser vivo.

Quizás resulte menos conocido el uso agrícola de los mismos. Su acción como controladores biológicos y fertilizantes, es célebre entre especialistas que se vinculan al tema de los entomopatógenos y los biofertilizantes. A continuación presentamos a un fascinante grupo de hongos, llamados micorrizas, que por pequeños y ocultos, no dejan de maravillarnos con la grandeza de sus potencialidades y así como la relación de las micorrizas con el bonsái.

¿Que son las  Micorrizas?

Se denomina así a la simbiosis entre determinados tipos de hongos y las raíces de las plantas. Etimológicamente, la palabra se ha formado de los vocablos griegos mico = hongo y riza = raíz. Generalmente, no son visibles a simple vista aunque poseen estructuras similares a las que se encuentran en la mayoría de los representantes de su reino, como son: hifas o micelios endófitos y ectófitos (redes de hifas).

¿Cuántos tipos de Micorriza existen?

De acuerdo a su morfología y estructura, los hongos formadores de micorrizas se clasifican en: ectomicorrizas y endomicorrizas. En la siguiente tabla que se ha preparado un resumen los tipos de micorrizas que se conocen:

tabla de micorrizas

Clasificación de los hongos formadores de micorrizas de acuerdo a su clase, característica y tipo de planta que colonizan

De acuerdo al cuadro preparado, hay dos o tres tipos principales de micorrizas. Las ecto-micorrizas crecen en el exterior de las raíces alimentadoras que se ven blancas y parecidas a una alfombra en la mayoría de las coníferas.  En las ectomicorrizas las hifas del hongo no penetran las células del epitelio radicular de la planta, en su  lugar forman un denso manto alrededor de las raicillas y penetran entre sus células corticales formando una estructura denominada red de Hartig.

Las relaciones simbióticas ectomicorrizas son más frecuentes en las zonas templadas que en las tropicales y hasta la fecha esta asociación ha sido observada en cerca de 43 familias y 140 géneros. Entre estos géneros se encuentran por ejemplo Pinus, Picea, Abies, Eucalyptus y Northofagus.

La relación de las micorrizas con el bonsái

Las endomicorrizas son mucho más frecuentes que las ectomicorrizas, pueden presentarse en más de las tres cuartas partes de las plantas vasculares, aunque involucran principalmente hierbas y gramíneas.  Las endomicorrizas crecen dentro de las raíces y son menos visibles en árboles como enebros y arces.

En las endomicorrizas las hifas del hongo penetran inicialmente entre las células del córtex de la raíz pero luego ingresan al interior de estas. En este caso el hongo no forma ni manto ni red de Hartig. Por el contrario, crecen para formar unas estructuras denominadas vesículas y arbúsculos. Los arbúsculos facilitan el intercambio de nutrientes entre el hongo y la planta, mientras que las vesículas son empleadas principalmente como órganos de reserva.

La relación de las micorrizas con el bonsái

micorrizas

¿Cuándo, Dónde y Cómo viven?

Los hongos micorrizógenos, han evolucionado junto a las plantas terrestres desde el período Ordovícico (desde hace 460 millones de años), a propósito, esta simbiosis se presenta en más del 70% de las familias de plantas. Se les puede hallar tanto en bosques, como en desiertos; desde las altas montañas, hasta en llanuras inundables, así como en dunas costeras y humedales. A menudo, nos encontramos que unos pocos gramos de suelo son suficientes para encontrar desde cientos a miles de esporas y varios kilómetros de hifas o micelio de hongos micorrizas.

En suelos poco conservados, como los agrícolas, llegan a alcanzar aproximadamente la mitad de la biomasa total de los microorganismos. Existe una estrecha relación entre suelo-hongo-planta, donde un desequilibrio o alteración en la composición fisicoquímica del suelo puede afectar negativamente al eslabón más débil o dependiente, que sin dudas, es la planta. Las Micorrizas en condiciones normales u óptimas, llegan a requerir de la planta hasta el 20% de los azúcares fotosintetizados, a cambio, estas le entrega agua, nutrientes y micro-elementos que se encuentran más allá de la zona de donde la raíz no alcanza. Ellas pueden cohabitar en una o varias plantas  diferentes a la vez. Así como, distintos hongos Micorriza pueden colonizar una misma planta.

En realidad el papel activo de la micorriza en el sistema de raíces es simple. Las micorrizas forman una relación simbiótica básica con la planta al ayudar a transferir nutrientes en el sistema radicular en un simple intercambio de azúcares de la planta.

Las micorrizas en asociación directa con las raíces de las plantas, sorprendentemente, parecen comportarse de la misma manera que los pelos de las raíces. Estos hongos crecen y luego ayudan en la ingesta de alimentos y agua del suelo y también ayudan a la planta a aumentar el rango de pH aceptable en el suelo para la planta. Por lo general, de un pH de 4.5 a 6.6 o quizás un poco más, que varía de una especie a otra.

A cambio directo, la planta suministra carbono valioso a las micorrizas, lo que permite que los hongos prosperen. Una relación simbiótica simple y hermosa que permite que las plantas no solo crezcan, sino que prosperen. Desde el mundo del bonsái, un ejemplo claro es que lo arboles que han formado micorrizas tienen mayor posibilidad de prosperar en ambientes más complejos que no son propios de su entorno natural.

La relación de las micorrizas con el bonsái

En una maceta de Bonsai, el suelo es un entorno muy controlado. El aficionado de bonsái determina qué ingresa en el sustrato, en qué consiste y cuánta agua se le provee.

Cuando los hongos micorrizógenos colonizan el sistema radicular del bonsái, crean una red que aumenta la capacidad del árbol para absorber más agua y nutrientes como fósforo, cobre y zinc. Este proceso a su vez favorece el crecimiento y favorece el rápido desarrollo de raíces y por ende del bonsái.

Cuando este hongo está presente en el sustrato que contiene la maceta, se observa una tasa de establecimiento de nuevas raíces mucho más rápida, mucho más fuertes, así como una necesidad reducida de agua de hasta un 30%. La razón de esto es que las micorrizas aseguran que haya una superficie mucho mayor disponible para la absorción de agua y nutrientes. Los bonsái son más sanos y crecen más rápido.

También hay evidencia de que estos hongos también pueden mejorar la estructura de los sustratos, que por lo general son inorgánicos. Los hilos  crecen a través del medio de cultivo permitiendo que se mueva más aire a través del sustrato y mejora el drenaje.

La tierra en una maceta de bonsái puede ser muy estéril, ya que podría consistir en partículas que no necesariamente contienen organismos vivos o mucha materia orgánica. Estos podrían incluir valiosas bacterias del suelo (bacterias fijadoras de nitrógeno) así como hongos micorrizógenos. En ausencia de estos, es importante que el artista de bonsái permita que se produzca una fertilización más frecuente.

Las esporas del hongo micorrizógenos se pueden comprar, pero una forma mucho menos costosa de inocular la tierra de los bonsáis con las esporas, es utilizando un poco de la tierra original de la maceta de bonsáis en el momento de la siembra. Encuentro que esto es especialmente importante cuando se plantan pinos y otras coníferas. Es así, en que se establece la relación de las micorrizas con el bonsái.

En resumen, en la mayoría de las plantas en la naturaleza viven en relación con los hongos micorrizógenos. Ambos organismos se benefician de esta relación. La mayoría de los sustratos de bonsái no contienen este hongo y, al agregar el hongo al sustrato de bonsái, la planta se establecerá más rápido, absorberá más nutrientes y necesitará menos agua.

bonsai micorrizas

Autor: Henry Humberto Chávez

2 comentarios en “La relación de las micorrizas con el bonsái”

Deja un comentario

Carrito de compra